Hipertensión arterial y embarazo
Durante el embarazo, la hipertensión arterial es una de las complicaciones más frecuentes. Se presenta en el 7 al 10% de las mujeres gestantes.
Una persona padece de hipertensión cuando la presión arterial (fuerza con la que circula la sangre por las arterias para llevar el oxígeno y nutrientes a todos los órganos del cuerpo) se eleva a un valor de presión sistólica de 140 o más, o a un valor de presión diastólica de 90 o superior.
Durante el embarazo, la hipertensión arterial es una de las complicaciones más frecuentes. Se presenta en el 7 al 10% de las mujeres gestantes.
Una persona padece de hipertensión cuando la presión arterial (fuerza con la que circula la sangre por las arterias para llevar el oxígeno y nutrientes a todos los órganos del cuerpo) se eleva a un valor de presión sistólica de 140 o más, o a un valor de presión diastólica de 90 o superior.
Durante el embarazo, la hipertensión arterial puede causar problemas tanto a la madre como al bebé. Es posible que la hipertensión haya estado antes del embarazo o que haya aparecido durante el mismo, en cuyo caso se denomina hipertensión gestacional.
Los casos más graves pueden llegar a preeclampsia: un aumento repentino de la presión arterial después de la semana 20 del embarazo. Cualquiera sea la situación, puede Llevar a consecuencias negativas: desprendimiento de placenta, coagulación intravascular diseminada, hemorragia cerebral, insuficiencia hepática y por ende, es muy probable que existan partos prematuros o que el recién nacido carezca del peso adecuado.
Afortunadamente, es posible tratar estos problemas con chequeos prenatales adecuados. Es necesario el control del embarazo para detectar a tiempo alteraciones en la presión arterial.
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